domingo, 30 de mayo de 2010

es genial ser genial

¿Sigues pensando que eres genial? Supongo que sí, porque la gente te lo dice, y la gente nunca diría nada que no fuera verdad ¿no es así? Sí, genial. Actúas bien, sonríes bien, eres todo simpatía, el gran público te adora. Pero, ¿qué gente dice que eres genial? ¿Te lo has planteado? No, claro que no, para qué. Si eres fantástico no te planteas esas cosas. Sólo sonríes y saludas, y das gracias a Dios por haberte hecho tan maravilloso. Cuando la cosa viene bien, eres un triunfador. Cuando viene mal... la culpa es de otro. Es lo que tiene ser un ente superior, siempre puede haber una excusa.
Genial.
Pero, si te queda un momento, entre sonrisas y saludos, quizá deberías planteártelo. ¿La gente nunca diría nada que no fuera verdad?
Y la gente que de verdad importa... ¿cree que eres genial?

jueves, 27 de mayo de 2010

¿y ahora qué?

La pequeña aparece caminando sobre esa carretera recta sin nada a los lados. No hay nada más allá de las líneas del suelo que aparecen, desaparecen, aparecen... Sigue sin saber lo que hacer, no ve curvas en la carretera porque no las quiere encontrar. No se desvía. Sigue las líneas del suelo.

Sin saber qué hacer ahora. No sabe cuál es el siguiente paso.

Aunque la pequeña ya sabe lo que quiere... ¿cómo va a saber ella qué hacer?. Solo es pequeña y estúpida. Quiere correr hasta saltar las piedras del camino, quiere bailar hasta destrozarse los talones, quiere reír y quiere llorar. Máxima tristeza y descontrolada felicidad. Quiere brillar y quiere que el sol brille con ella. Quiere ver lo que le puedes enseñar pero no sabe elegir el olor adecuado de las palabras ni el sonido de sus gestos. Sólo es pequeña y estúpida.

Escapando de sueños absurdos ella continúa acompañando las líneas del suelo sin torcer la cabeza un milímetro. Disimulo idiota. Arrastrando los piés seguirá hasta que las lágrimas no le dejen mirar más allá de la primera línea, seguirá mientras la luna le siga diciendo que el momento llegará, seguirá mientras le quede aire que respirar.

¿y ahora qué?

Dímelo tu.

sábado, 8 de mayo de 2010

A oscuras

Es de esas veces que cierras la puerta con llave desde dentro, apagas la luz y te tumbas sobre la cama.

Con las piernas estiradas, estiradísimas y los brazos igual, hasta los pies llegan a tocar las uñas. Con los ojos tan abiertos que no se pierden ni un solo movimiento de la nube que quiere tapar a la luna. Esa ventana de ahí, que parece lo único que haya en el cuarto, es lo más cercano a un mundo imaginado, irreal, infinito. Enchufemos el cable de las estrellas cuando note que la respiración se me acelera más de lo pensado. Que no quiero que se me acelere el corazón. Al menos por esta noche. Hoy no.

El abdomen sube rítmicamente haciendo elevar el ombligo. Ese hueco lleno de historias para contarte cuando vuelvas de ese mundo imaginado, irreal, infinito.

Como soplos leves que te acarian la nuca mientras duermes.
Como yemas que te acarician la nariz, desde el entrecejo hasta la punta.
Como cabellos que acarician los lunares de mi espalda.

Como caricias tras la ventana.

domingo, 2 de mayo de 2010