martes, 29 de junio de 2010

la Ratita Presumida

La Ratita Presumida está muy triste esta noche: se ve las orejas muy grandes, los bigotes muy largos, los colmillos muy afilados...
La Ratita ha tirado al suelo un espejo, y llora sobre sus pedazos su amargura y su enfado.
La cola muy enroscada, la naricilla poco respingona, el pelo escaso de brillo...
Se suena sus moquitos en el precioso lazo rosa que se suele poner en la cola, porque hoy no lo quiere ni ver.
La Ratita Presumida sabe que es tonta, porque hay cosas más importantes por las que llorar, pero no puede evitarlo, y se siente aún peor.
Su Ratón la ha llamado hoy tres veces. Le ha dicho que es hermosa, que es la ratita más bonita que él ha visto jamás y que, además, tiene un noble corazón. Pero ella le ha cerrado la puerta en los morros, no lo quiere ver, no quiere estar con nadie.
Se suena sus moquitos en su lazo de seda rosa.
¿Tan difícil es de comprender que quiera estar sola para sentirse fea y tonta?