martes, 25 de octubre de 2011

dulce aroma a tormenta

Es la hora.
Sientes el calorcillo en la espalda y tus pies empiezan a cosquillear.
Todo brillaba hace un segundo, pero la magia no se acaba cuando se enciende la farola. Aún hay tiempo. De hecho, acaba de empezar.
¿Lo hueles?
Sí, no puedes esperar mucho más. El hormigueo llega ya a todas las partes de tu ser. Ser o no ser, eres lo que quiera que seas, y así está bien.
Puedes empezar a ensayar tu rugido. Otros lo están haciendo ya, y te responderán gustosos.
Humm, dulce aroma a tormenta. El murmullo se empieza a levantar.
Puedes pegar un par de saltos antes, si quieres. Puedes gritar.
Es el momento que siempre trataron de evitar, el instante que eternamente nos han intentado arrebatar.
¿Qué van a hacer ahora?
Veo que sonríes. Efectivamente, no pueden hacer nada. Ya es demasiado tarde. Aunque esto acaba de empezar.
Prepárate para salir galopando.

Ha llegado la hora de volvernos salvajes.