miércoles, 2 de diciembre de 2009

telegrama: asfixia

Si me hiciese sentir mejor pensar que nada de esto va conmigo. Pensar, que mañana creeré que no existió hoy. Que tampoco existió ayer... o todos estos años. En el fondo, nunca fue distinto a aquéllo que ahora veo, por lo que ni siquiera soy capaz de hacerme a la idea de vivir una vida distinta a ésta. Si pudiese salir a caminar hasta encontrar un lugar con un poco de paz... algún lugar para sonreír. Buscando un lugar para escapar.

Tantas decepciones...

Creía que podría evadirme de la realidad y sonreír como una marioneta aparentando que todo está bien. Pero no es así. Piensa mal y acertarás. Pues yo siempre acierto.

Utilizando la razón y la lógica. Rascando el corazón sin dejar secar las lágrimas al sol. Franqueza. Nada sirve contra cubitos de hielo.

Egoístas y personas que yo no conocía. Maldad. Espero no ser así. Espero salir de aquí.

Capaz de refugiarme en algún lugar con alguien que quiera arroparme. Que me convenza que todo va a ir bien porque se ha salido de cosas peores. No hay de qué quejarse. Una cosa o la otra. Pues yo escojo ésta. Aunque me haga llorar como esa botella recién salida del frigorífico.

El cielo cae sobre mi. Las nubes se agolpan. Se empujan. Hasta que empieza a tronar. Es zona de tormentas y estamos en abril. Siempre estamos en abril. La lluvia inunda la calle y la almohada de mi cama.

Un grito ahogado en la soledad. Deseos de gritar al mundo que me quiero ir de aquí. Quiero desaparecer. Nada de este mundo me conforma. Sólo intento seguir respirando. O no.



Correr, llorar y después gritar.
Caigo al suelo.
Y no respiro.
Duermo.





Y las lágrimas siguen mojadas bajo la esfera.

1 comentario:

  1. ACLARACIÓN A TODOS LOS LECTORES DE ESTE BLOG: no vamos a suicidarnos, ni somos unas góticas ni emos, ni depresivas, ni oscuras, ni damos mal rollo al pasar por la calle...

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