lunes, 30 de abril de 2012

invierno

Finalmente, el sol se pondrá a tus pies y un baño de oro y cobre irá lamiendo tu piel con dulzura mientras las nubes que tanto temor te daban se convierten en el espectáculo más maravilloso que hubieses soñado jamás. Y cuando una seda de colores vaya cubriendo el cielo y cosiéndole diamantes con despuntes de infinito, vendrán a ti las quimeras a presentar sus respetos, a susurrarte al oído y a escuchar tus secretos.
Así te encontrará la noche, dormida en su lecho de flores y anhelos con los que tejer trenzas alrededor de un futuro sombrío e incierto. Así, arropada por los duendes invisibles que velan tus desvelos, vendrá a buscarte el mañana, lleno de miel y misterio.
Y así, niña de los bosques de sueños, podrás mirar hacia arriba con tus ojos azules de cielo y ver que el miedo fue solo un rumor que pasó descalzo a tu lado sin hacer demasiado ruido. Que te dibujó una sonrisa cuando rozó sin querer tu cuello.
Y que solo fue un fantasma que no llegó a convertirse en invierno.

miércoles, 25 de abril de 2012

suena bien

El infierno, suena a buen plan. No importa qué autopista decida tomar para llegar. Al final del viaje, solo un destino. Aullidos estremecedores estrangulando oídos atormentados, sollozos como agujas que se deslizan en la tiniebla. Eternidad, entre llamas y lamentos, pero eternidad, en definitiva.
Al fin y al cabo no puede ser tan malo, después de todo lo que fue aquí. No puede ser peor que tú; que tenerte, que perderte... Que volverte a tener una vez más. Sí, la Condenación Eterna podría ser un respiro.
La primavera.
Porque ninguna de las historias que pudieran contar los demás entre el humo y las llamaradas harían llorar al Diablo, pero tú... Tú fuiste una buena historia. La mejor.
Mi sentencia.
Tú.
Y si alguna vez subiese esa escalera que lleva al cielo, para volver a contemplar tu rostro de ángel perverso y despiadado, podría sonreír con una punzada de ironía y volver a los fuegos perpetuos sabiendo que estoy en el lugar adecuado. Podría mirar al Maligno a la cara y llamarle principiante. Él nunca consiguió enviar a nadie a tormento inmortal con una sonrisa.
Pero tú...

fuiste la mejor.



(Premio para el que descubra las tres canciones)

sábado, 14 de abril de 2012



De vez en cuando se acordaba.
Ojos redondos clavados en horizontal, apretado puño alrededor de un almohadón, dientes en duelo, músculos encogidos.



Lo recordaba cuando lo oía latir en el fondo de una caja bajo libretas de garabatos, trompeta desafinada y zapatos de tacón desgastado.
Se acordaba, de vez en cuando.




domingo, 8 de abril de 2012

quizá

Se había cosido la boca con puntadas de silencio para seguir guardando en una caja aquello que no se atrevió a susurrar. Entre el Olvido y la Ignorancia nunca tuvo claro cuál llevaba el premio, así que se limitó a ignorar lo que ya pasó y a olvidar que después vendría un mañana que haría de hoy un ayer lejano, borroso e ignorado.

O no.

Quizá las cadenas oxidadas de los alientos perdidos pesaban demasiado para seguir respirando. Quizá los sueños deshechos eran los que no permitían dormir a los sueños vírgenes, níveos, sin corromper.
Tanto Mal anclado al suelo, tanto Bien escurridizo y etéreo...
Unos pasos de puntillas en la arena, acosados por unas olas ladronas que les van robando la memoria.
Y el viento...
El viento siempre fue cómplice del abandono y el descuido, y de la hermosa y triste Soledad, que se ponía su vestido blanco para bailar por las noches al son de los truenos colmados de suspiros.
Se obligó a cerrar los ojos con un velo de recuerdos de oro e inspiró... Fuerte, despacio, en calma...
Cuando los abrió, un arco iris se enredaba en el cielo y las hojas de los días solo presagiaban un invierno más.

Quizá esta vez no haría demasiado frío.