sábado, 20 de febrero de 2010

el camino

Es una opción alternativa que la vida te ofrece. Dicen cosas sobre el destino... está escrito que sigas aquí, que sigas a las flores del camino. Vamos, salta esos charcos que te embarrarán los pies.

Me tumbo boca arriba en esta tarde de verano calurosa como nunca otra la hubo, miro al cielo y saludo a las nubes que se me antojan tan familiares como si escritas en mi libro las llevara . Y saludo a aquéllos pájaros a los que veo con cada salida de sol. Siempre ahí. Siempre los mismos. Sería terrorífico amanecer tumbado bajo otro cielo distinto, con pájaros de colores oscuros teñidos por algún maleficio a manos de alguien con poco corazón o incluso, ¡amanecer sin pájaros a los que saludar!

Algún día podrás sentirte orgulloso porque fuiste valiente. Te plantaste ante ti viéndote reflejado en un espejo de otro. Por fin lo hiciste. Ahora, estás ahí solo entre montañas, las lágrimas resbalan por esas mejillas que lucen rosadas cuando desciende la temperatura, tus manos llenas de barro... no es mentira, lo sabes, las sientes más limpias que nunca. Miras más allá de la consciencia de tus actos, de tus palabras y entonces te das cuenta. Sonríes. Te sonríes ¡y de qué manera!

Aunque ya no haya flores en el camino y el barro te alcance la barbilla.

Aunque el cielo se tiña de morado.

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