viernes, 9 de abril de 2010

el pobre Jack

El callejón está oscuro, lúgubre, abandonado. Sólo una luz mortecina que debe salir de algún burdel se refleja en los gastados adoquines del suelo y se convierte en un rayo brillante cuando toca la superficie lisa de un sucio charco. El lejano rumor de Londres apenas se oye, quizá se intuya, pero aquí todo es silencio, siniestro silencio.

Y unos pasos.

Resuenan rebotando de una pared a otra, elevando el eco conforme se acercan, escalofriantemente sonoros en el silencioso callejón.
Pone los pelos de punta.
Si fuera tú, echaría a correr.
Si fuera ella, posiblemente habría gritado así.

Pero todo es tan rápido que parece un parpadeo. Unos pasos, un grito aterrado... y silencio.
Siniestro silencio.

Los pasos se alejan deprisa envueltos en oscuridad.
El pobre Jack sólo quiso un amigo, pero no lo encontró. Sólo pidió amor, pero le rompieron el corazón. Buscó calor, pero sólo encontró lluvia, tormenta y desamparo.

Al pobre Jack lo buscan, pero no lo encontrarán jamás.


Y se convertirá en el Destripador más famoso de la historia.


3 comentarios:

  1. que se que te hace ilusión un comentario que deje claro lo muuucho que me gusta tu relato!!! :))

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  2. jajajajaja q bien lo sabes!! lo q molaría es q algún día comentara alguien q no fuéramos ni tú ni yo!

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  3. complicaete...
    llegaran tiempos mejores!

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