sábado, 8 de mayo de 2010

A oscuras

Es de esas veces que cierras la puerta con llave desde dentro, apagas la luz y te tumbas sobre la cama.

Con las piernas estiradas, estiradísimas y los brazos igual, hasta los pies llegan a tocar las uñas. Con los ojos tan abiertos que no se pierden ni un solo movimiento de la nube que quiere tapar a la luna. Esa ventana de ahí, que parece lo único que haya en el cuarto, es lo más cercano a un mundo imaginado, irreal, infinito. Enchufemos el cable de las estrellas cuando note que la respiración se me acelera más de lo pensado. Que no quiero que se me acelere el corazón. Al menos por esta noche. Hoy no.

El abdomen sube rítmicamente haciendo elevar el ombligo. Ese hueco lleno de historias para contarte cuando vuelvas de ese mundo imaginado, irreal, infinito.

Como soplos leves que te acarian la nuca mientras duermes.
Como yemas que te acarician la nariz, desde el entrecejo hasta la punta.
Como cabellos que acarician los lunares de mi espalda.

Como caricias tras la ventana.

1 comentario:

  1. chu chu chuuulii (si esperabas algo más profundo o ingenioso, siento comunicarte q mi capacidad mental está en estos momentos al borde del colapso)

    ResponderEliminar